Casi nunca escribo y ahora resulta que ya me hice tres post del mismo tema. Bueno, solo por platicarle a Pitt y a cualquiera que entre a este solitario espacio, porque todo esto ya no es tan importante como ese sentimiento que tenía atascado el otro día.
Fuimos a una perrera, la Protectora Nacional de Animales. Tienen unos 15 perros y varios gatos a su cuidado y se encuentran en Pirineos 120, col. Portales, Benito Juarez, Mexico D.F.
Todo esto empezó porque Pedigree, para el cual trabaja Ti'ana, hizo una campaña para impulsar la adopción de perros de la calle. Ellos donaron comida a los albergues y han hecho mucha promoción a los perros.
Pues describo el lugar y el proceso para quien le de curiosidad y ojalá se interesen:
Desde vas en el auto, a una cuadra puedes oír los ladridos. Entras y parece una clínica de esas chiquitas de la secretaría de salud, no huele mal y por todos lados tienen posters de conciencia hacia los animales.
Ahí tienen a los más chiquitos (french poodle, maltez) en jaulas de la mitad del alto de la pared, para separarlos de los de mayor tamaño. En un patio grande dividido en tres tienen a los demás perros, han de ser unos 17 en total. Según los encargados los dividen por tamaño, pero ya viendo bien es más bien por como se llevan (los juguetones, los tranquilos y los dominantes) y hacer que se peleen lo menos posible.
En los cuartos de la casa, tienen a los gatos. Nosotros sólo vimos los del primer piso, que coincidentemente todos eran negros, pero en el primer piso dijeron que tenían muchos más.
Los perros son salvados de la calle, por lo que su edad varía del medio año a muchos años. En los gatos no se como, pero tenían desde 2 o 3 semanas.
Cuando llegamos los estaban bañando con una manguera y se veían muy felices. Entramos al patio y a un lado quedaron tres bastantes grandes que temblaban por estar aun mojados (pero ya bañados). Estaba al lado de esos y no me ladraron, yo estaba muerto de miedo y ellos como si nada. En el patio lo que bañaban jugueteaban entre ellos y se trepaban en los cuidadores.
Los encargados se ve que los quieren mucho, les hablan, los acarician y saben perfectamente los gustos de los perros.
Cuando llegas te hacen varias preguntas para saber que es lo que buscas. Eso se lo toman muy en serio porque su filosofía no es sólo dar los perros a quien sea, sino conseguirles una buena casa en la que encajen bien.
Fuimos con Dora, una compañera de Ti’ana, que buscaba un perro de ciudad para su familia, activo y juguetón, más adelante otro para una casa en Xochimilco que fuera más para guardián. Nosotros le contamos nuestro caso: departamento, nosotros dos y una gata, tranquilo y cariñoso.
Hay para todos los gustos y te platican como son todos para que veas cual te interesa. Luego, cuando ya tienes algunos favoritos te aconsejan sobre cual te conviene más.
Si decides adoptar, te lo llevan a tu casa unos días después. Dicen haber ido a Cuauhtitlan o a los Reyes. Hasta ese día te cobran $400 de “donativo”, aunque de todos modos las vacunas te hubieran salido en mínimo $600, o sea que de todos modos es combo. Te lo dan totalmente vacunados y con la seguridad de que aunque esté viejo, no tiene enfermedades. Cuando lo llevan observan el ambiente, que la familia se lleve bien y toman fotos.
Nos ofrecieron llevar dos perros, para primero entrar con uno y ver si se acomoda, en caso de que no, salir con ese y entrar con el segundo perro.
En la protectora les ponen nombres que no están tan malos y los perros se acostumbran, pero tu le puedes cambiar el nombre y se vuelven a acostumbrar: nueva vida, nuevo nombre.
Parece que ya vienen entrenados para orinar cuando los sacas a pasear, porque el que ayer le entregaron a Dora eso hizo. Dice que al poco tiempo distinguió entre los de la casa y los familiares y en la noche trató de dormirse en las piernas de ella. Se llama Remi, como le pusieron en la protectora, Remigio, como le dice Ti’ana.
A nosotros nos gustó un perro grande naranja y viejo que dijeron encontrarlo el día anterior. Por lo que necesitan observarlo para asegurarse de que esté sano. También una perra negra grande de 8 meses que es tranquila y cariñosa, justo lo que buscamos. Además vimos un gato flaco negro de ojos amarillos de 3 meses, hermoso; un gato de bruja.
Entonces tenemos 4 opciones: el perro callejero de frente a mi casa, el perro viejo, la perra negra y el gato negro.
Uf!!
Sólo se me ocurre hacer una lista de prós y contras.
El perro callejero nos cae bien, es juguetón y no tiene nadie quien lo cuide, pero no sabe ir al baño y se aburre con nosotros a menos que lo dejemos salir con los hermanos (hasta cuando duren ellos), ya vimos que a Kiba le parece X. ¿Ya mencioné que nos cae bien?
El perro viejo (ellos le llaman Rex) es hermoso y tranquilo, pero por estar viejo nos va a durar poco.
La perra negra (ellos le llaman Gorda, iac!) es todo lo que pedimos: cariñosa, tranquila, no es territorial, joven. Perfecta, pero ¿Qué dirá Kiba? ¿Tendremos problemas con la perra callejera que vive frente a nuestra casa? Creo que esa perra (madre de los 3 perritos) distingue entre los perros con dueño y los callejeros que siempre ahuyenta.
El gato negro es aun mejor que la perra, porque un gato se acomodaría más fácil a nosotros y a Kiba que nada, ya sabemos como son los gatos, nunca hacen fuera de la arena y sobre todo, no hay que pasearlos.
¿Qué decidir? ¿A quien adoptar? Incluso tal vez podríamos adoptar al gato y la perra negra.
Ti’ana en cuanto vio al gato saltó de gusto, casi lo saca de la jaula para abrazarlo. Otra pregunta es: ¿Gab, que tanto quieres un perro?
Tantas opciones…
Fuimos a una perrera, la Protectora Nacional de Animales. Tienen unos 15 perros y varios gatos a su cuidado y se encuentran en Pirineos 120, col. Portales, Benito Juarez, Mexico D.F.
Todo esto empezó porque Pedigree, para el cual trabaja Ti'ana, hizo una campaña para impulsar la adopción de perros de la calle. Ellos donaron comida a los albergues y han hecho mucha promoción a los perros.
Pues describo el lugar y el proceso para quien le de curiosidad y ojalá se interesen:
Desde vas en el auto, a una cuadra puedes oír los ladridos. Entras y parece una clínica de esas chiquitas de la secretaría de salud, no huele mal y por todos lados tienen posters de conciencia hacia los animales.
Ahí tienen a los más chiquitos (french poodle, maltez) en jaulas de la mitad del alto de la pared, para separarlos de los de mayor tamaño. En un patio grande dividido en tres tienen a los demás perros, han de ser unos 17 en total. Según los encargados los dividen por tamaño, pero ya viendo bien es más bien por como se llevan (los juguetones, los tranquilos y los dominantes) y hacer que se peleen lo menos posible.
En los cuartos de la casa, tienen a los gatos. Nosotros sólo vimos los del primer piso, que coincidentemente todos eran negros, pero en el primer piso dijeron que tenían muchos más.
Los perros son salvados de la calle, por lo que su edad varía del medio año a muchos años. En los gatos no se como, pero tenían desde 2 o 3 semanas.
Cuando llegamos los estaban bañando con una manguera y se veían muy felices. Entramos al patio y a un lado quedaron tres bastantes grandes que temblaban por estar aun mojados (pero ya bañados). Estaba al lado de esos y no me ladraron, yo estaba muerto de miedo y ellos como si nada. En el patio lo que bañaban jugueteaban entre ellos y se trepaban en los cuidadores.
Los encargados se ve que los quieren mucho, les hablan, los acarician y saben perfectamente los gustos de los perros.
Cuando llegas te hacen varias preguntas para saber que es lo que buscas. Eso se lo toman muy en serio porque su filosofía no es sólo dar los perros a quien sea, sino conseguirles una buena casa en la que encajen bien.
Fuimos con Dora, una compañera de Ti’ana, que buscaba un perro de ciudad para su familia, activo y juguetón, más adelante otro para una casa en Xochimilco que fuera más para guardián. Nosotros le contamos nuestro caso: departamento, nosotros dos y una gata, tranquilo y cariñoso.
Hay para todos los gustos y te platican como son todos para que veas cual te interesa. Luego, cuando ya tienes algunos favoritos te aconsejan sobre cual te conviene más.
Si decides adoptar, te lo llevan a tu casa unos días después. Dicen haber ido a Cuauhtitlan o a los Reyes. Hasta ese día te cobran $400 de “donativo”, aunque de todos modos las vacunas te hubieran salido en mínimo $600, o sea que de todos modos es combo. Te lo dan totalmente vacunados y con la seguridad de que aunque esté viejo, no tiene enfermedades. Cuando lo llevan observan el ambiente, que la familia se lleve bien y toman fotos.
Nos ofrecieron llevar dos perros, para primero entrar con uno y ver si se acomoda, en caso de que no, salir con ese y entrar con el segundo perro.
En la protectora les ponen nombres que no están tan malos y los perros se acostumbran, pero tu le puedes cambiar el nombre y se vuelven a acostumbrar: nueva vida, nuevo nombre.
Parece que ya vienen entrenados para orinar cuando los sacas a pasear, porque el que ayer le entregaron a Dora eso hizo. Dice que al poco tiempo distinguió entre los de la casa y los familiares y en la noche trató de dormirse en las piernas de ella. Se llama Remi, como le pusieron en la protectora, Remigio, como le dice Ti’ana.
A nosotros nos gustó un perro grande naranja y viejo que dijeron encontrarlo el día anterior. Por lo que necesitan observarlo para asegurarse de que esté sano. También una perra negra grande de 8 meses que es tranquila y cariñosa, justo lo que buscamos. Además vimos un gato flaco negro de ojos amarillos de 3 meses, hermoso; un gato de bruja.
Entonces tenemos 4 opciones: el perro callejero de frente a mi casa, el perro viejo, la perra negra y el gato negro.
Uf!!
Sólo se me ocurre hacer una lista de prós y contras.
El perro callejero nos cae bien, es juguetón y no tiene nadie quien lo cuide, pero no sabe ir al baño y se aburre con nosotros a menos que lo dejemos salir con los hermanos (hasta cuando duren ellos), ya vimos que a Kiba le parece X. ¿Ya mencioné que nos cae bien?
El perro viejo (ellos le llaman Rex) es hermoso y tranquilo, pero por estar viejo nos va a durar poco.
La perra negra (ellos le llaman Gorda, iac!) es todo lo que pedimos: cariñosa, tranquila, no es territorial, joven. Perfecta, pero ¿Qué dirá Kiba? ¿Tendremos problemas con la perra callejera que vive frente a nuestra casa? Creo que esa perra (madre de los 3 perritos) distingue entre los perros con dueño y los callejeros que siempre ahuyenta.
El gato negro es aun mejor que la perra, porque un gato se acomodaría más fácil a nosotros y a Kiba que nada, ya sabemos como son los gatos, nunca hacen fuera de la arena y sobre todo, no hay que pasearlos.
¿Qué decidir? ¿A quien adoptar? Incluso tal vez podríamos adoptar al gato y la perra negra.
Ti’ana en cuanto vio al gato saltó de gusto, casi lo saca de la jaula para abrazarlo. Otra pregunta es: ¿Gab, que tanto quieres un perro?
Tantas opciones…
1 comentario:
La adopcón es un paso muy grande, y no es como ver si funciona meterlo a la casa y si no podemos lo regresamos con los otros perros. Tienes que estar bien conciente de lo quele puedes "tu" ofrecer al perro, ya que si no le vas a dar el cariño y la atención que necesita, no hay que privarlo de la oportunidad de que otra familia se la pueda dar.
Recuerda que son tus compañeros de vida, no tu mascota. Suerte con tu desición. ^-^
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